Relatos

Precipicio. Un ser humano se abalanza al abismo. Ven sus ojos de ensueño la muerte. Y retrocede. La respeta. Evidente fuerza que es relativa a la vida. También es relativa al hombre. 

Un tren choca con un tren. Hay muertos. Usan la sangre para rellenar orificios humanos.

Latitud, convergencia. Una rosa, pastizal, viento surcando parejo. Una rosa amarilla allí se posa. Y hay pasto seco. No hay vertebrados, es decir, no hay fauna. Pero la flora.

Cálculos precisos, geometría reflejada en el caos. Encaje y licuación. Atravesando el pensamiento, se inyecta tan lento que imperceptible La Intuición.

observaciones

Propicio es hablar de lo impropio. Observando a los otros. Viendo la dinámica existencia de las Cosas. Persiste. El tiempo persiste. 
La misión no contagia a Eso externo. Mas bien lo alimenta. De significado práctico.

Vista

Los reflejos que insinúan
la ilusión de ser figura;
consistencia frágil la percepción
que ecualiza hasta en ensueño

Periferia

Todo lo que se mueve
y todo lo que se conserva
en la ciudad de la bitácora
se enmancipa un cirucuito sin fin

sábado

Quería entonces decir
que la noche me es ilesa y suficiente
Bares, gente, escabio: Baldíos.
Torrente inagotable

aproximación

Corriente umbilical reconociendo 

el rastro exhalado de tu bajo vientre

fusion de humedad

la tibiesa incipiente de la vida

danzan los electrones

en movimiento voraz

de dos cuerpos

que en macro será 

se percibirá

como sólo un vestigio

un suspendido murmullo

de lo implotado

introducto

En tiempo de celulosa

intervenir en eso que dicta dinamismo

es restablecer el poder

desde lo incinerado de uno

La ilusión se contempla inevitable, en donde la vorágine del tiempo, sucede la Eternidad

la Eternidad sucede en la voràgine del tiempo, donde se contempla inevitable su ilusión

{airomém}

Por si en algún momento

la claridad de saberme presente

me hubiera conformado

en el sin-fin de la cruel devenir

que

 para el mundano entender

son los instantes

inseguros de su consecuencia 

podría haberme ya olvidado

en qué momento

yo

 dejé de ser yo

la que en ese momento

(en claridad de saberme presente)

 estaba siendo

.

La convulsa marea
interfiere en el eje
¿será el incesante devenir
que genera despojo de lo ciego?
romper la mentira
en la cual se apoya
la ilusión de ser
importante

Por eso el eje
y la marea
reinventan de vitalidad
el sentido de permanecer
sin vigilia
sobre el tiempo

arrebato

entiendo el deseo

como una via

de un tren que

se vifurca constantemente

para  llegar siempre

a ningun lado