domingo, 21 de marzo de 2010

La noche: búsqueda de locura y desenfreno, búsqueda de explosión, quiebre de monotonía.
Búsqueda de manadas, de conecciones ficticias, en este teatro espontáneo.
Buscar con los ojos y el sexo, un sujeto apropiado.
Para apropiarse.
De su cuerpo y su instintivo cariño de mamífero.
La noche.
Más drogas y mas alcohol por favor, el tiempo no me va a aprisionar (sin saberlo), la luna llega a su fin mientras desacatado rastreo cosas útiles para mi único fin: destrucción del ser.
Destrucción del ser: pleno trance de confusión, marea de contradicciones, sueños rotos por un pinchazo en la punta de la nariz, hamacarce en la caída y subida hacia el cielo pleno.
Contradicciones: amor odio,aceptación o desinterés, poder humildad, consumo descontrolado auto control, autosuficiencia, tristesa suicida felicidad extrema, belleza espanto, autosuficiencia, excitación sexual asco, demasías, palabras, eterno.
Eterno: sabiendo la fuerza de manipulación, va constantemente con el deseo silencioso; convertir el movimiento fugaz, en solo una delicada vertiente.
Vertemos cada paso a la salida más próxima: el destino supuestamente inexistente.
Viajando, nuevamente, a los mismos sitios
sin saberlo,
Asficciante monotonía irreversible
porque
cuando la trampa es el vacío mortífero que se entra en la sangre de uno como el veneno...
Veneno: cada partícula de pensamiento expandiéndose con velocidad descontrolada por los orificios de la nariz y las orejas, la boca y el ano, los poros, la piel cubriendo la sangre, la sangre llena de pensamientos, obstruyendo la sensibilidad impecable.
Impecable es decir pureza.
Lo puro, hacia lo homogéneo.
La noche: búsqueda de lo homogéneo.
Aunque el sueño temprano y profundo, aveces complace lo suficiente, externo a la inevitable búsqueda, de la vigilia.

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